Fuente: Gestión.pe
Autor: Carlos Parodi
En las últimas semanas varios analistas han anunciado a través de
diversos medios que la economía se está "enfriando", pues ya "se sienten
los impactos de la crisis externa". ¿Qué significa, por qué ocurre y
qué implicancias tiene? Comencemos por una definición del término. Una
economía se enfría o desacelera cuando reduce su tasa de crecimiento
económico. Por ejemplo, hasta 2012, nos habíamos acostumbrado a crecer a
tasas por encima de 6% (a excepción de 2009) y los datos del primer
trimestre de este año mostraron un crecimiento de 4.8%, mientras que la
última cifra disponible muestra un crecimiento del PBI en junio de 4.4%,
por debajo de las expectativas de la mayoría de analistas; es decir,
"enfriarse" es crecer menos o desacelerarse.
La economía peruana es pequeña (produce el
0.37% del PBI mundial) y abierta al exterior; por lo tanto se impacta
por lo positivo y negativo que ocurre más allá de nuestras fronteras.
Entonces, ¿por qué ha ocurrido en "enfriamiento"?. En general, el
enfriamiento de una economía puede deberse a factores internos o
externos.
En primer lugar, el entorno externo
importa. La crisis financiera de las economías avanzadas que estalló en
2008 y luego se extendió a Europa es una crisis de sobreendeudamiento;
la receta para solucionarla ha sido ajustar los gastos, para generar el
ahorro que permita pagar las deudas. Ahorrar significa no gastar, por lo
que el consumo en las economías avanzadas viene disminuyendo hace
varios años. ¿Y a quién le compraban aquellos que ahora gastan menos? A
la "fábrica" del mundo, que es China. Entonces China se "enfría", es
decir, en lugar de crecer a tasas mayores que 10%, en 2012 lo hizo a
7.8% y se espera una cifra similar o menor para este año. Como
consecuencia demanda menos materias primas al resto del mundo; y es ahí
donde Perú entra en escena. La menor demanda de China por productos
mineros ha originado una disminución de las exportaciones mineras. En el
primer trimestre de 2012 las exportaciones han caído en -11.1%,
mientras que la inversión privada ha crecido solo en 7.4%, luego de
crecer a tasas mayores que 12% desde 2009. Por lo tanto, la coyuntura
externa desfavorable ya comenzó a impactar sobre la economía peruana.
Entonces, el primer factor es la desaceleración de China y la
consiguiente reducción de las exportaciones.
En
segundo lugar, todas los "enfriamientos" y recesiones que han ocurrido
en el Perú desde hace 60 años han estado asociadas a la caída de los
precios de las materias primas, en particular las mineras, por lo que no
es algo que nos debería sorprender.
En tercer lugar, existen
señales confusas de Estados Unidos y de la eurozona, pero todo apunta a
un crecimiento mediocre del primero y a una continuación de la recesión
en el segundo, a pesar de los últimos datos favorables de Alemania y
Francia.
¿Era esperable? En cierto sentido sí,
pues una característica de la evolución de la economía es la presencia
de ciclos económicos, es decir, períodos de auge y contracción. Lo que
ha pasado es que nos hemos acostumbrado a tasas altas que han coincidido
con un ciclo extenso de aumento en los precios de las materias primas.
Es complejo pensar que si a las economías avanzadas les va mal, Perú
puede aislarse de ello. Recordemos que en 2009, las economías avanzadas
se contrajeron y a pesar que China mantuvo un crecimiento alto, el Perú
solo creció 0.9%.
Al impacto de la
desfavorable situación externa se agregan ciertas señales internas que
han generado incertidumbre; hace poco tiempo fue el anuncio del gobierno
de la compra de Repsol para luego retractarse, la ley de comida
"chatarra", la inversión el Petroperú, etc. Todas tienen en común la
intervención del estado en la economía; y eso genera incertidumbre. Como
la inversión es un asunto de confianza, el resultado fue el esperable:
una reducción en la tasa de crecimiento de la inversión en el primer
trimestre.
Ahora bien, ¿qué ha hecho el gobierno para
enfrentar el enfriamiento? Convengamos en algo: lo externo no lo puede
cambiar el Perú, por lo que por ese lado, solo queda esperar y mientras
tanto buscar nuevos mercados. Lo interno se puede mejorar. El Presidente
del país lanzó siete iniciativas con el objetivo de generar un "shock
de confianza". El objetivo general de las mismas es reafirmar que la
inversión privada es el motor del crecimiento y se refieren a la
reducción de las trabas para la inversión; y eso es positivo. La gran
pregunta es la siguiente: en la medida que la inversión es un asunto de
confianza, ¿será posible retomarla en un contexto económico adverso y de
caída de popularidad presidencial?.
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