Para iniciar el año con pie
derecho y atento al desarrollo del país, no debemos olvidar que como ciudadanos
responsables estamos en la obligación de tener los ojos vigilantes ante
cualquier situación de corrupción, puesto que es muy grave, a parte de la
pobreza extrema y la grave conflictividad social, también tenemos que lidiar a
diario con la corrupción.
Este post lo escribo con la indignación
de ver al Perú cada vez más sumido en
sus propias miserias culturales y de irresponsabilidades. Se dice y se divulga
que estamos en crecimiento, y sí, estamos en crecimiento, a medida que crece el
PBI y la economía también crece la delincuencia, el caos vehicular, el desorden
urbanístico, la contaminación ambiental, con la diferencia que estos últimos
crecen de forma exponencial.
A pocos años de cumplir el
Bicentenario (2021) de nuestra independencia, donde fuimos señalados como
libres e independientes, singularmente ahora somos presos de nuestros propios
errores, errores manifestados en corrupción de saco y corbata. Y usted se habrá
preguntado ¿Cuánto perjudica nuestro
desarrollo la corrupción?, seguramente que sí, ¿pero en términos monetarios?,
una análisis realizado por Alfonso Quiroz en su libro “La corrupción en el Perú:
Una larga Historia”, señala, que la corrupción es un problema histórico, y vaya
que si lo es y está afectando porcentualmente el PBI y que ha limitado nuestras
posibilidades de desarrollo; si no recordemos (y para los no vivimos esas épocas,
hay libros) los gobiernos de Echenique, Leguía, García y Fujimori considerados
como épocas de alta corrupción donde el monto que llego fue de un 5% del PBI y
en épocas de menor corrupción , el monto aproximado seria de 2 o 3%. Este tipo
de cálculos indicarían que por concepto de corrupción el Perú pierde anualmente
entre 30 y 50% de las posibilidades de desarrollo. Quiroz también señala que
durante el gobierno Fujimorista, los montos perdidos significaron 4.5% del PBI
(50% del presupuesto anual), un poco más de 14 millones de dólares. Seguir hablando de la corrupción de los gobiernos sería redundar, el punto es, ¿Qué hacemos como ciudadanos para frenarlo?
El otro dato, es como somos percibidos
a nivel internacional, tenemos tantas necesidades que seguro encajan en el cada
día de las discusiones, después de ver a un funcionario o algún político en
actos de corrupción y luego salir libre con la tan manoseada “inmunidad
parlamentaria” o las coimas a los Jueces y policías. Pues bien, no podemos
quedarnos con las manos cruzadas, por lo menos difundamos para crear conciencia
en la población.
Así, el Portal de la Organización Internacional Transparencia,
ha publicado el “Índice de Percepción de la Corrupción 2013: América”, en ese análisis
se muestra a un Perú altamente corrupto (casi en zona roja), con 38 puntos en el
puesto 83, los datos indican que los países que tienen puntajes cercanos a 100
son transparentes y los que están cerca de 0 (cero) son muy corruptos, es así
como nos perciben.
Los invito a revisar el siguiente
enlace, donde podrán encontrar más datos interesantes con infografía y mapas y
comparar los resultados del 2012 y otros años. http://cpi.transparency.org/cpi2013/results/
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